viernes, 22 de febrero de 2013

THE DUERNANO. Episodio piloto: “Trupa rede”


Episodio piloto: “Trupa rede”

Dos familias mafiosas, sucialistas y gaviotos,  se reparten el poder económico, político e institucional en el Estado de Axtur City, hilvanando durante décadas una compleja y tupida malla (“trupa rede”) de prebendas,  influencias y cohechos que involucran a medios de comunicación, empresas, sindicatos, banca, fiscales y otras organizaciones.

Tras varias legislaturas de poder absoluto, jalonado de espectaculares golpes de mano a través del férreo control de concursos y adjudicaciones, el robo en la ejecución de obras, el saqueo del erario público a través de la deuda, el tráfico ilegal de trabajadores, o la simple extorsión y el soborno indisumulado, las familias se enfrentan ahora a un cambio de ciclo donde el éxito de su actividad criminal deviene en el agotamiento de los fondos públicos que explotan, en un momento en que la crisis económica global impide el acceso al crédito que sostenía el entramado: tan necesario resulta extorsionar a la sociedad endosándole una deuda pública transmutada en privada, como controlar totalmente las instituciones para que avalen tamaño desfalco, “en nombre de la normalidad, la transparencia y la austeridad”.

Las calles se mantienen tensas, empero la guerra de bandas por el poder se posterga ante la mayor urgencia de la lucha común contra Frank A. Helmets, un antiguo gobernador que regresa a Axtur City para organizar la resistencia cívica y desalojar a la mafia de las instituciones. Efectivamente, el entramado criminal consigue descabalgar a Helmets sin escatimar medios, recurriendo incluso al fraude electoral, la infamia y la coacción organizada en plataformas de manifestantes que, asalariados o ignorantes, no dudan en tomar la vía pública cada vez que Helmets y los suyos intentan desmontar algún “negocio” de la mafia. Con todo, Helmets y sus colaboradores no se dejan amedrentar y conservan en precario el distrito más poblado del Estado, Port Musel, donde con mayor intensidad se dirime la lucha entre el bien y el mal.

Mientras que el derrumbamiento de las estructuras económicas inducido por la mafia, cierra fábricas y empresas, llena los parques de parados e incendia los cuatro costados de Axtur City de huelgas y disturbios laborales, los respectivos jefes de clan se mantienen en apariencia tranquilos e imperturbables, inconmovibles al sufrimiento, aunque empiecen a sentir en realidad el viento gélido de la incipiente presión social y judicial que acabará por descarnar sus nucas.

Sobre este escenario, tenebroso y convulso hasta el paroxismo, van desfilando los más abyectos y corruptos personajes que, cegados en su codicia, se tambalean a diario a golpe de escándalo ante la estupefacción de la ciudadanía sojuzgada. El factor humano trasciende a la ruina estructural de la mano de los capos principales -“Merkerines” por los gaviotos y “El Mudu” por los sucialistas-, que irreversiblemente ligados por la soga de la corrupción, se debaten entre la obediencia debida a sus respectivos antecesores y la independencia que precisan para el efectivo control de la trupa rede. Si por un lado no pueden por menos que seguir ocultando los desmanes del pasado reciente, por otro tampoco quieren verse arrastrados a la ruina por éstos, al tiempo que deben seguir pagando “favores prestados” tanto a nuevos como a viejos interlocutores, lo que a su vez les empuja a nuevos desfalcos: no hay escapatoria para los corchos que flotan en el duernu. Contengan el aliento y disfruten de esta trepidante aventura.

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