viernes, 15 de marzo de 2013

THE DUERNANO. Episodio 1*02: “Anulación”



“Anulación”

Llueven balas en Axtur City; los fogonazos de los disparos entre bandas, y aún dentro de cada banda, relampaguean en las tinieblas del alumbrado público desconectado por impago... “por austeridad” en la jerga del hampa.

No se sabe con certeza a qué responden las reyertas, como en la del sucialista que consigue introducir, inopinadamente, el nombre del marido de la líder gaviota en las actas de la comisión de investigación de una trama delictiva en principio ajena a Merkerines ¿O no tan ajena?

La lucha interna por el poder, a navajazos y sin contemplaciones, informa en cambio que lugartenientes de la “Red Union”, banda auxiliar de los sucialistas, exijan la cabeza de su propio portavoz con la excusa de un asuntillo menor de prevaricación; menor en relación a la millonaria escala duernana de desfalcos, claro está. Pero los tiburones han detectado sangre y ya no pueden refrenarse: ser la marca blanca de los sucialistas, la marca que blinda a “El Mudu” y a sus secuaces en las instituciones bajo el señuelo de una alternativa política inexistente, da estabilidad pero genera hambre, hambre de cargos, hambre de nómina, pues los sucialistas se reservan los buenos negocios en connivencia con quien cuadre. Por ejemplo, el entramado ladrillero de la construcción y las obras públicas, proveedor principal del corrupto duernu que comparten sucialistas y gaviotos ante la mirada arrobada de los red union, y que ahora ha sufrido un inesperado revés. ¿O no tan inesperado?

La anulación por los tribunales del Plan General de Ordenación de Port Musel, impulsado bajo la férula de un despótico, obtuso e ignorante consiglieri sucialista al servicio del mayor lucro de los especuladores inmobiliarios, no despierta sin embargo contra él las iras del entramado ladrillero, dando la verdadera medida tanto de la imbricación entre ambas organizaciones como de la mútua omertà debida; antes bien, estas iras se dirigen, como no, contra los hombres de Helmets. No importa que estos nada tuvieran que ver con el Plan, no importa que los sucialistas hubieran secuestrado para los especuladores ingentes superficies del mejor suelo del distrito convirtiéndolo en infame deuda, no importa que ya nadie fuera a construir sobre él ninguna vivienda, no importa la opinión del pueblo que batalló por la anulación del Plan, no importa nada: la campaña mediática estaba lanzada y la trama ladrillera se dispone ahora a convertir derechos edificatorios virtuales en derechos de exacción de fondos públicos reales mediante el viejo truco, marca de la casa gaviota bien aprendida por la sucialista, de la reclamación de indemnizaciones, eufemismo de la simple extorsión al contribuyente.

El Mudu no decía ni palabra, como siempre impasible, se mostraba –es un decir– alejado de la guerra de las calles, al fin y al cabo y al margen de su condición de capo de capos, la cosa no iba mucho con él, puesto que ya había prometido a la trama ladrillera mayores derechos edificatorios en otros ámbitos, y para mayor cachondeo, al amparo de un acuerdo que tuvo la humorada, el cinismo, de calificar de “social”.

El Mudu había hecho su parte, desde el despacho contemplaba la oscura, fría y húmeda primavera de Axtur City y, arrullado por las sirenas que corrían a hostigar a los trabajadores sublevados por cierres y despidos, decide sobre la marcha regalarse un viaje a latitudes más cálidas y amables, un “viaje institucional y empresarial a Colombia, Panamá y México”, sería ideal. Mola viajar gratis con los colegas disfrazado de jefe de estado: aunque fuera un estado tan arruinado como Axtur City, siempre se le puede distraer cierta cantidad para la solaz sucialista. Total la vida son cuatro días y dejaba a su gente entretenida con trabajo, mucho trabajo.

Evidentemente había que seguir reprimiendo a una población cada vez más desesperada, al Mudu no le van las algaradas callejeras, para eso ya están otros. Se podía contar con los caciques locales... denuncia de las fuerzas de orden público al que proteste por imponerle alcalde, intimidación al que alegue en contra de algún plan urbanístico o equipamiento...en fin, pecata minuta. Para palabras mayores, disturbios laborales y similares, disponía de las fuerzas estatales del viejo capo gavioto Don Gambino, uno de los venerables padres fundadores del Pacto del Duernu junto al sucialista Arheces, y la prensa amiga seguiría en su ausencia difamando como cada día a Helmets. Nada que objetar ni que temer.

Por lo demás la planificación de nuevos golpes iba viento en popa, o al menos así se lo había transmitido la responsable duernana de las obras públicas; una mujer increíble y de inusitada capacidad, pues ya hace falta tesón criminal para imponer a toda costa a un estado tan exhausto y depauperado como Axtur City una nueva deuda, por importe de nada menos que 320 millones de euros, bajo la forma de una incineradora de basuras harto prescindible. Pero el negocio es el negocio y debía continuar, la mafia duernana ostenta no en vano una acrisolada reputación en el cumplimiento de sus “compromisos”, y si por un lado restringe y encarece la energía, por otro la despilfarra en un equipamiento inútil a mayor lucro del adjudicatario y del adjudicador. No se puede tener piedad con el pueblo cuando hay dinero de por medio, es la ley.

Los veinte frascos de loción anticanas ya estaban en la maleta, ahora sólo faltaba elegir la ropa. ¿Haría mucho calor en México? Llamaría a Gallineros, el hombre del Duernu en Tijuana.

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