EXCLUSIVA
Inesperado giro en el caso Bárcenas: los
sobres no contenían dinero, sino droga
REACCIONES DE
MONTORO, RUBALCABA Y EL GOBIERNO ASTURIANO
Luis Bárcenas
en su despacho de la sala Andalucía (Génova 13) con sus sobres y sus “cosas”
(recreación
virtual)
Actualizado jueves 23/01/2013 14:27 (CET)
MERKEL-TREFE
MADRID.- De la pasta negra a la droga blanca va pasando el
caso Bárcenas, sin otra solución de continuidad que las declaraciones reveladas
a este medio por un comisario antinarcóticos que responde al críptico seudónimo
del “Don Johnson de Malasaña”.
Tras una labor de investigación que nos llevara a escuchar
seis horas interrumpidas de música poligonera, perorata etílica y exabruptos
varios, el agente se definió al fin de manera rotunda e inequívoca: “Luis Bárcenas
no entregaba dinero en metálico, antes bien, lo recibía a cambio de sobres
repletos de estupefacientes, resultando de tal actividad la fortuna consignada
en sus cuentas opacas”. “Comencé a sospechar de D. Luis desde el momento que
comprobé que era reconocido como el ‘Señor de los Gramillos’ por determinados transeúntes
que habían hecho de la madrileña Calle Génova su lugar de reunión habitual”. “Por
otro lado resultaba público y notorio que Bárcenas, a pesar de que había roto
formalmente con el PP en abril de 2010, continuaba entrando y saliendo con
absoluta normalidad y mucha frecuencia, según varios dirigentes, de la sede
nacional del PP, donde incluso disponía de una sala dedicada en exclusiva a sus
rollos, la sala Andalucía, que tenía más movimiento que la T4 de Barajas”. “Hasta
llegó a tapar el cristal de la dependencia con cinta oscura para que nadie
viera el meneo, cabreando así mucho a Cospedal”, concluyó el comisario.
Puestas estas revelaciones en conocimiento de la autoridad
competente, las reacciones políticas no se han hecho esperar. De esta manera,
el Ministro de Hacienda, D. Cristóbal Montoro, se mostraba exultante al
comentar cómo este vuelco de la investigación “demuestra totalmente la
inexistencia de corrupción política y dinero negro en el PP”, por cuanto “lo de
Bárcenas es sólo al parecer un problemilla de salud pública”, que además “nos
viene dabuten para librarnos de él y
obviar de donde sacó la pasta”, agregó más tarde en privado.
Mucho más reacio a digerir la nueva dimensión del caso se
mostraba el socialista D. Alfredo Pérez Rubalcaba, quien no ocultaba su intención
de aprovechar la corrupción en el PP y la crisis económica para nombrarse Vicepresidente
primero, Portavoz y Ministro del Interior, en la intención de desplazar a Rajoy
del gobierno efectivo al igual que hizo con Zapatero en octubre de 2010, ya que
a fin de cuentas "hace muchos años que el PSOE aprendió la lección y no la
olvidamos", aludiendo se supone a cómo logró hacer olvidar el caso Filesa sin
mayores daños colaterales.
Por último, el gobierno asturiano se pronunciaba por boca de
su Portavoz –el Presidente como se sabe carece de tal capacidad–, en el sentido
de que habida cuenta de la antigua relación de Álvarez-Cascos con Bárcenas, el
primero no podría por menos que ser el proveedor de los estupefacientes que el
segundo vendía, para lo cual habría orquestado siendo Ministro de Fomento el
hundimiento del Prestige como maniobra de distracción que habría encubierto un
masivo desembarco de droga por Cudillero, concejo donde, como también se sabe, pasan
cosas muy raras.
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